El humor hace llorar, pero no siempre de risa. A veces por desgarradora
amargura. Y, en fin, no es que te desee, hipotético lector amigo, unas horas de
aflicción, pero no puedo sino recomendar la lectura de este libro que indaga
sobre la invención del pasado, uno de los resortes más utilizado por ciertos
humanoides exclusivamente preocupados por sus propios intereses y jamás por siquiera
ser capaces de entrever algunos de los diferentes y cambiantes perfiles de la
verdad, aspiración (la de entrever la verdad) que demasiados desdeñan como si
fuera tóxico elixir.
Lo dicho, aflicción, pero también su poco de regocijo encontrará
quien se adentre en estos textos que aquí cito (uno de ellos de mi gran amigo y
admirable investigador, amén de virtuoso músico, Julio Escalona).
Agrándese la imagen del ABC sobre “el saludo nacional” (fascista)
y léase estupefacto lo escrito con salado desparpajo en 1942. Y sépase, con
tristeza, que hoy, una barahúnda de pseudo-historiadores con vox y voto en la
hispánica “fealidad” contemporánea participan sin sonrojo de aquello que citaba
Goytisolo (Juan): el lenguaje universal de la idiotez…
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