You can fool all the people some of the time, and some of the people all the time,
but you cannot fool all the people all the time.
(Abraham Lincoln)

martes, 10 de junio de 2014

Cuerpo a tierra


Según leo en la prensa, cerca de 40 exministros (el número lo da, repito, la prensa, cualquier parecido con Alí Babá es pura coincidencia) del PP, PSOE y UCD (tres en uno como el dogma católico)  presentaron el pasado sábado en Valencia un “foro de reflexión y debate público sobre asuntos de relevancia política, económica y social”. Cuerpo a tierra.

Como bien saben los chomskianos, nada es casual a la hora de nombrar algo, y esta entidad se ha denominado “Fundación España Constitucional”. Para dejar claro el constitucionalismo al que hacen mención, celebraron primero una reunión a puerta cerrada y posteriormente presentarían a los medios de comunicación sus conclusiones.

Impulsada por el socialista José Bono y el popular Eduardo Zaplana, esta fundación cuenta entre otros con el apoyo de Ángel Acebes por parte del PP; Elena Salgado, Cristina Garmendia o Carlos Solchaga por parte del PSOE; y de Marcelino Oreja y Rodolfo Martín Villa, de la UCD. Los requisitos para formar parte de “España Constitucional” son ser exministro y no estar en política activa. Es la única manera, consideran, de poder escuchar y ser escuchados por los distintos grupos de influencia en la sociedad.

Lo de escuchar tiene su gracia. Lo de ser escuchados ya es para nota. Particularmente el menda no piensa escuchar nada que me quiera decir Garmendia, ex presidenta del lobby de la industria de la biotecnología, Asebio, con la que España es hoy en Europa la principal y mayor potencia transgénica, también fue miembro de la CEOE y algunos todavía aguardan a conocer su ideario socialista, que no socia-lista. Respecto a Zaplana me basta con aquello de los juicios por Terra Mítica. De Carlos Solchaga no creo que llegue jamás a mejorar su aristotélica frase de “España es el país “el país donde uno (quería decir “unos” creo, unos en concreto) se puede hacer rico más rápidamente”. A Bono me lo reservo para cuando se decida a tomar definitivamente los hábitos y nos dé una homilía. De Martín Villa, jefe provincial del “Movimiento” en Barcelona en 1974, sin embargo me quedo con su arte para reprimir manifestaciones obreras y estudiantiles en los años en que fue Ministro de Gobernación. De Abel Matutes prefiero que en vez de darme prédicas me invite a pasar las vacaciones en sus hoteles. A Ángeles González Sinde, que quedó finalista del Premio Planeta de novela tras ser ministra de Cultura, no antes, más que darme ideas le pediría que me firme una novela. A ser posible escrita por otra. A Miguel Sebastián le pediría que sin corbata nombrara otra vez a un secretario de estado procedente del lobby pronuclear para acabar de finiquitar las energías renovables que tanto estorban en nuestro suelo patrio. A María Antonia Trujillo no estaría de más pedirle que nos escribiera una propuesta de definición de “solución habitacional” para la RAE.

Pero si todos estos me dicen que “están dispuestos a estudiar y presentar propuestas sobre regeneración (no es broma, lo pone así) democrática, financiación autonómica o cualquier otra cuestión que pueda ayudar a mejorar el consenso en el Estado en estos momentos de crisis y desafección hacia los políticos”, entonces ya les digo que precisamente como propuesta para aquietar tal desafección de los políticos es recordar que es desafección “de los políticos” (parece que me repito, pero no), no de la política. O sea, desafección de ellos en concreto, que pueden quedarse tranquilamente en casa viendo en Antena 3 “Me resbala”, que te ríes mucho.

El acto de presentación de la Fundación ha servido para aprobar la denominada 'Declaración de Valencia', y han participado otros prohombres y promujeres de la regeneración política y democrática como el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Ésta al parecer ha aprovechado que el Turia pasa por las Fallas y “ha valorado la oportunidad de esta Fundación para reivindicar la Monarquía porque es el futuro de casi 50 millones de españoles y los valores constitucionales”. Sin despeinarse, como es público y notorio desde hace años. Qué laca no usará la señora esta. Tan sin despeinarse, digo, que ya cogiendo velocidad de crucero ha añadido que “a las ínfulas independentistas se une una pretendida crisis de legitimidad" promovida por algunos grupos y partidos y que "lo que estamos viendo casi todos los días en las calles de España nos avisa de que el terreno para que arraigue (“¿cuálo, lo qué?”) está abonado".

La pena es que todavía no sean miembros gentes inapreciables como Rodrigo Rato, padre y madre de la Ley del Suelo de la que vinieron los lodos tóxicos de la especulación inmobiliaria justo antes de que se fuera de presidente del muy democrático FMI del que se dio el piro haciendo mutis por el foro para acabar en el otro foro, el de Madrid con su caja de ahorro, de la que también dimitió dos días antes justo de que el Gobierno rescatara a Bankia inyectándole 22.424 millones de euros públicos para salir del agujero.

De todos modos no pierdas la esperanza, querido lector del Hundimiento del Maine, si has sido ministro en alguna vida anterior, recuerda, la Fundación España Constitucional está abierta a nuevos patronos, y podrás hacerte un día una fotografía con los que ya he citado y con los otros miembros: Álvaro Rengifo, César Antonio Molina, Enrique Sánchez de León, Javier Gómez-Navarro, Jordi Sevilla, José Lladó, Juan Antonio Ortega, Luis Gámir, Rafael Calvo Ortega, Anna Birulés, Carmen Calvo, Eduardo Serra, Jaime Lamo de Espinosa, Jesús Sancho, José Pedro Pérez Llorca, Julián García Vargas, Luis González Seara, Manuel Núñez, Matías Rodríguez, Rafael Arias Salgado y Salvador Sánchez-Terán, Pío Cabanillas y Beatriz Corredor.
 

(Fotografía de diarioprogresista.es)

 

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