You can fool all the people some of the time, and some of the people all the time,
but you cannot fool all the people all the time.
(Abraham Lincoln)

jueves, 15 de noviembre de 2018

Lo mismo no es lo igual


Hay gentes que se empeñan aún (interesadamente) en asegurar que todos hacen la misma política y que da igual quién gobierne. Yo no lo creo. Todavía me resisto a la política única, la de lo “posible”.
Veamos algunas diferencias:
En el año 2009, España destinaba el 0,48% de su Renta Nacional Bruta (RNB) a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Lejos estaba del añorado objetivo mundial del 0,7 %.
Pero no tan lejos como el vergonzoso récord del 0,11% del último Gobierno del PP en 2015 (0,19% en 2017, 2.450 millones de euros).
Según la OCDE la AOD aportada por la UE y sus Estados Miembros fue el 0,51 % de su RNB, 75.500 millones de euros en 2017. Más de la mitad de lo que se aporta en todo el  mundo, que ese año ascendió a 130.000 millones de euros.
Por su parte, lo que invierte en AOD Estados Unidos de Norteamérica es un mísero 0,18%, que se mantiene así de bajo desde hace veinte años (con un máximo del 0,22% en 2005).
Por comparar, sepamos que el gasto público en “Defensa” en Estados Unidos en 2017 fue más de 4 veces la AOD del mundo entero, o sea 543.187 millones de euros (el 8,81% del gasto público total norteamericano).
El gasto público en “Defensa” en España creció en 2017 un 16,19%, hasta llegar a los 14.492 millones de euros, lo que representó el 2,99% del gasto público total español (1,24% del PIB).
Pero no todo son cañones.
¿Cuánto cuesta cada kilómetro de AVE? Según el Tribunal de Cuentas de la UE: 25 millones de euros de media, pero en los nuevos tramos, hasta 40 millones (2.800 millones de Madrid a Toledo, más que todo el AOD de España en 2017).
Además, mantener el AVE cuesta hasta 534.000 euros por kilómetro al año. Así, la línea española más cara “relativamente” es la Madrid-Galicia: cuesta 70 millones de euros por cada minuto de trayecto ahorrado. Alemania no va a la zaga. Los teutones han tenido que abonar para el cortísimo trayecto de menos de 200 kilómetros entre Stuttgart y Munich casi 370 millones de euros, y ello para ahorrarse apenas 35 minutos en el desplazamiento.
Pero no todos son trenes, autovías o aeropuertos.
El Banco de España reveló en 2017 que en el camino rosas de las ayudas a la banca por la crisis financiera (provocada por ella misma) se inyectaron a los bancos 76.410 millones de euros en ayudas (56.803 públicos a través del FROB y 19.607 más desde el Fondo de Garantía de Depósitos). Esto es, la mitad de lo que se aporta de AOD en todo el  mundo en un año.
Además este dinero finalmente va a resultar ser una “graciosa” donación (sin gracia ninguna) a fondo perdido, muy perdido. De este dinero solo se han recuperado 3.466 millones de euros públicos. El “supervisor” ve recuperables 12.198 millones más, hasta un total de 16.337 millones, lo que dejaría la factura total del coste de las ayudas a los bancos en 60.613 millones. El 70% de lo que todos y cada uno de los españoles les dimos, se perderá en la noche de los tiempos. Y en los sobresueldos y las jubilaciones millonarias, entre otros lópeces.
En fin, una vez visto que lo mismo no es lo igual, que lo igual no es lo idéntico, y que la política no es otra cosa que elegir entre alternativas, adjunto entonces la ajustada carta que Andrés Rodríguez Amayuelas, máximo responsable de la Coordinadora de Organizaciones de Cooperación para el Desarrollo, ha enviado hoy mismo al Presidente socialista Pedro Sánchez, en la que le pide que aumente la ayuda oficial a la cooperación.
Antes de que periclite la Legislatura, entre los objetivos que a la carrera pretende aprobar el Gobierno (Salario Mínimo, ampliar las pensiones a los mayores…), justo sería iniciar decididamente la senda de la dignidad del 0,7% de AOD, e imponer medida que impidan que las coyunturales crisis de nuestro sistema económico las paguen siempre los más débiles.


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