Hay gentes que se empeñan aún (interesadamente) en asegurar que todos hacen la misma política y que da igual quién gobierne. Yo no lo creo. Todavía me resisto a la política única, la de lo “posible”.
Veamos algunas diferencias:
En el año 2009, España destinaba el 0,48% de su Renta Nacional
Bruta (RNB) a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Lejos estaba del añorado objetivo
mundial del 0,7 %.

Según la OCDE la AOD aportada por la UE y sus Estados Miembros
fue el 0,51 % de su RNB, 75.500 millones de euros en 2017. Más de la mitad de
lo que se aporta en todo el mundo, que ese
año ascendió a 130.000 millones de euros.
Por su parte, lo que invierte en AOD Estados Unidos de
Norteamérica es un mísero 0,18%, que se mantiene así de bajo desde hace veinte años
(con un máximo del 0,22% en 2005).
Por comparar, sepamos que el gasto público en “Defensa” en
Estados Unidos en 2017 fue más de 4 veces la AOD del mundo entero, o sea
543.187 millones de euros (el 8,81% del gasto público total norteamericano).
El gasto público en “Defensa” en España creció en 2017 un
16,19%, hasta llegar a los 14.492 millones de euros, lo que representó el 2,99%
del gasto público total español (1,24% del PIB).
Pero no todo son cañones.
¿Cuánto cuesta cada kilómetro de AVE? Según el Tribunal de
Cuentas de la UE: 25 millones de euros de media, pero en los nuevos tramos,
hasta 40 millones (2.800 millones de Madrid a Toledo, más que todo el AOD de
España en 2017).
Además, mantener el AVE cuesta hasta 534.000 euros por
kilómetro al año. Así, la línea española más cara “relativamente” es la Madrid-Galicia:
cuesta 70 millones de euros por cada minuto de trayecto ahorrado. Alemania no
va a la zaga. Los teutones han tenido que abonar para el cortísimo trayecto de
menos de 200 kilómetros entre Stuttgart y Munich casi 370 millones de euros, y
ello para ahorrarse apenas 35 minutos en el desplazamiento.
Pero no todos son trenes, autovías o aeropuertos.
El Banco de España reveló en 2017 que en el camino rosas de
las ayudas a la banca por la crisis financiera (provocada por ella misma) se inyectaron
a los bancos 76.410 millones de euros en ayudas (56.803 públicos a través del
FROB y 19.607 más desde el Fondo de Garantía de Depósitos). Esto es, la mitad
de lo que se aporta de AOD en todo el mundo
en un año.
Además este dinero finalmente va a resultar ser una “graciosa”
donación (sin gracia ninguna) a fondo perdido, muy perdido. De este dinero solo
se han recuperado 3.466 millones de euros públicos. El “supervisor” ve
recuperables 12.198 millones más, hasta un total de 16.337 millones, lo que
dejaría la factura total del coste de las ayudas a los bancos en 60.613
millones. El 70% de lo que todos y cada uno de los españoles les dimos, se
perderá en la noche de los tiempos. Y en los sobresueldos y las jubilaciones
millonarias, entre otros lópeces.
En fin, una vez visto que lo mismo no es lo igual, que lo igual
no es lo idéntico, y que la política no es otra cosa que elegir entre alternativas,
adjunto entonces la ajustada carta que Andrés Rodríguez Amayuelas, máximo
responsable de la Coordinadora de Organizaciones de Cooperación para el
Desarrollo, ha enviado hoy mismo al Presidente socialista Pedro Sánchez, en la
que le pide que aumente la ayuda oficial a la cooperación.

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