You can fool all the people some of the time, and some of the people all the time,
but you cannot fool all the people all the time.
(Abraham Lincoln)

domingo, 29 de agosto de 2021

Tiempos paralelos


“La naturaleza humana es tal que, aunque nos separen solo ochocientos kilómetros de la realidad, no somos capaces de ver más que fuegos fatuos en la niebla. En aquel entonces hacía ya una década que **** era una realidad:; todo lo que evocaba su nombre se arremolinaba en la atmósfera humana con vapores siniestros. Pero se arremolinaba en algún punto de ******, así que, de hecho, para nosotros, no era una verdadera realidad. Nos preocupaba su aparición, discutíamos con pasión y desprecio sobre la trascendencia del fenómeno, seguíamos con atención cómo sembraba sus semillas en ciertos estratos de nuestra sociedad, entre los pequeñoburgueses y los obreros. Pero nunca creímos  que un día pudiera convertirse en lo que habíamos temido en secreto…

“… los resultados electorales a lo largo de los diez años anteriores. Esas contiendas políticas fueron proporcionando una mayoría cada vez más importante a los partidos que participaban en la lucha electoral con ideas ‘racistas’ y de ‘extrema derecha’…

“… las nobles manifestaciones de dolor de una nación se entremezclaban con el canto patriótico y fanfarrón de un coro que solo pretendía obtener de ello un provecho económico…

“… un paciente aquejado de dolor de muelas se lo pensaba dos veces antes de acudir a un dentista que fuera ****, porque se temía que ese sabio con enchufe en la universidad no hubiera aprendido la ciencia de la odontología como Dios manda, ya que en los exámenes de la carrera los doctos profesores tenían la manga más ancha al juzgar los conocimientos del hijo de ****, es decir, de un individuo de la casta de los elegidos, que a la hora de evaluar a otros candidatos que desde el punto de vista patriótico no ostentaban el sello distintivo…

“Cuando se da al pueblo el derecho a acusar a cualquiera sin ninguna prueba, con simples alegatos, utilizando generalidades… y cuando en la práctica la acusación supone para la persona, cuyo nombre queda impreso por la rotativa de periódico, la cárcel, la marginación o el destierro social o económico sin dictamen judicial, entonces el pueblo disfruta haciendo uso de ese derecho, porque al individuo anónimo y carente de poder el juego impersonal, y por lo tanto sin responsabilidad, le produce una gran satisfacción, una especie de euforia…”.

Uy, que se me ha pasado escribir al principio que estos párrafos, no tienen nada pero nada que ver con España hoy. Hablan de Hungría en la primera mitad del siglo XX. (“Lo que no quise decir”, Sándor Marai, Ed. Salamandra, 2016).

(fotografía de web)

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