El capitalismo triunfante de hoy en día es responsable no
sólo del credo económico con el que nos hacen comulgar a todos queramos o no.
También es responsable de ciertos cambios que ha producido sutilmente en el
subconsciente individual y colectivo.
Así tengo la impresión de que el capitalismo y la mercantilización
de todo lo que toca; el capitalismo, que sólo cree en lo que tiene un precio,
aunque se lo invente especulando; el capitalismo para el que apenas existe una
verdad, el mercado; ese capitalismo desprecia y abomina de lo gratuito y ha
conseguido que los ciudadanos repudien y refuten lo que es gratis.
Las reacciones se ven en un par de ejemplos algo complejos.
Uno puede estar esperando una hora en un taller de una marca de automóviles para
ser atendido. Como va a pagar por la reparación de su coche, se aguanta estoicamente. Pero si tiene
que aguardar cinco minutos en un servicio público de un ayuntamiento, de un
hospital, de un juzgado… entonces se encrespa hasta límites insospechados.
Del mismo modo, bajo el imperio del capitalismo hay que
seguir vendiendo los libros de poesía, para que no sean despreciados, no por su
contenido sino por su gratuidad.
Pero yo sé que la naturaleza nos da gratis los atardeceres,
las cataratas, las migraciones de las aves. Por eso querría que la poesía no
tuviera que pagarse para “tenerla”, para poder disfrutarla, porque la poesía es
algo que jamás podrá poseer nadie pagando como se abona un precio para ser
dueño de una casa o una furgoneta.
Y para terminar, precisamente porque la naturaleza nos da
gratis los atardeceres, las cataratas, las migraciones de las aves es por lo
que tantos ciudadanos y empresas y gobiernos la desprecian y abusan de ella hasta
poner en peligro de extinción al planeta. No es de extrañar que el medio ambiente
haya empezado a tener cierta repercusión mediática sólo desde que se puso
precio a la calidad del aire que respiramos asignando un “valor” en dólares o
en euros a la tonelada de CO2.
Pero el hombre y su mundo es siempre más que la moneda que utiliza
aunque el capitalismo no sea capaz de entender ese concepto.
[Postdata de “actualidad”: no puedo dejar de hacerme eco del
suceso (literalmente, o sea, de la sección de sucesos de los periódicos, no de
la sección de nacional) que ha acaparado los medios esta semana: el brutal
asesinato de la presidenta de la Diputación Provincial de León. Simplemente
quiero decir eso, que no creo que sea un asesinato político en modo alguno y
que por tanto debería salir en la sección de sucesos, junto a cosas tan terribles
como un asesinato de género o uno durante un atraco. Algunos, Isabel San Sebastián,
por ejemplo, con su admirable capacidad para aprovecharse hasta de algo tan
brutal como un asesinato, ha publicado este tuit: “El asesinato de Isabel Carrasco NO ES (mayúsculas en el original) una venganza personal, sino vinculada
(sic) al cargo; quienes defienden los
escraches personales tomen nota!”. Pues yo voy y creo que este asesinato
despiadado no tiene nada que ver con la política sino con una especie de
empresaria y una especie de asalariada (y su madre) y con un conflicto laboral
generado, aparentemente (según dicen las noticias que han trascendido de la investigación)
en este orden: una persona se queda a un escaño de ser concejala en las
elecciones municipales; posteriormente es contratada por la Diputación
Provincial como interina; ese contrato de interino desparece y la persona queda
sin trabajo; y luego lo que ya sabemos en la pasarela sobre el río Bernesga de
León.
La interina, según noticias de prensa (El Mundo) “había perdido un contencioso laboral con la
Diputación de León y tenía que devolver cantidades indebidamente cobradas
cuando fue trabajadora interina. De hecho, conoció hace pocos días la sentencia
definitiva que le obligaba a reintegrar esos montantes salariales. Los
investigadores sospechan que esta situación podría estar relacionada con el
móvil del crimen. Pero es sólo una de las hipótesis en las que se trabaja… La
madre de la interina ha confesado a la Policía que cometió el crimen por
"inquina personal". En su declaración la detenida explicó que quiso
vengarse por el trato que la empleadora había dado a su hija, que fue despedida
de la institución provincial”.
No se trata, pues, de un asesinato político, ni siquiera del
asesinato de un político, aunque la asesinada lo fuera, sino del homicidio de
un contratador por una extrabajadora (a través de la mano homicida de su madre
según parece)].
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