Es sorprendente, lo sé. Pero a veces un detalle nimio resulta ser la gota que desborda el vaso de lágrimas de la paciencia, ya mucho más que colmado. Quiero decir que, mira que ha habido momentos en estos meses para haberme espantado, rebelado, contra esta infame tipa, la Presidenta de la Comunidad de Madrid. Pero sus repugnantes fotografías de hoy (https://www.elmundo.es/madrid/2020/05/10/5eb6d37d21efa0181e8b457a.html ) me han enervado definitivamente.
Qué desvergüenza, qué asco. Pretender pretende engañar al
presente y al futuro tergiversando la memoria en beneficio propio. Desfachatez.
En fin, nunca he creído que una imagen valga por cien
palabras; más bien al contrario, una palabra vale más que mil imágenes.
Por eso, y porque toda la gente las ha visto y rebotado, no reproduzco
aquí las infames fotos de esta “personaja” sin decencia ni respeto por sí misma
ni por ningún ser humano.
Sus fotos en pose de Inmaculada Concepción de María. Ítem
más, si yo fuera católico, me ofenderían.



Y, ya lanzado al ruedo, pues también voy a poner otras
fotos, de otro periódico, con otro rostro, compungido, arrebatado de dolor. Y cada
cual que escoja.

Ahora me recluyo a intentar quitarme tanto asco. Cantándome,
con su parte alícuota de imposible desesperación, lo que dice el tango:
Luego, la verdad,
que es restregarse con arena el paladar
y ahogarse sin poder gritar…
No hay comentarios:
Publicar un comentario