You can fool all the people some of the time, and some of the people all the time,
but you cannot fool all the people all the time.
(Abraham Lincoln)

lunes, 17 de diciembre de 2018

Barones de sainete en el psoe


Me encanta el humor y no hay semana que no me dé por leer algún fragmento de “La venganza de don Mendo”, cualquier pieza de Jardiel Poncela (uno de los pocos genios del siglo XX), o un cuento de Wenceslao Fernández Flórez.
Claro que más a menudo de lo que mis meninges querrían, mis humorísticas lecturas las colman diversas hispánicas politicadas.
Unas de las que más me regocijan son las de los barones provincianos del psoe cuando se ponen en modo analistos (anatontos de remate). Se parte uno:
Saben aquell que diu… que una de las claves de la debacle electoral socialista en Andalucía ha sido el voto “emigrado” a Vox de los izquierdistas muy izquierdistas, cazadores y “matorifes” (dícese de los que torturan a un rumiante bovino astado hasta la muerte en un coso, coso que significa ruedo y también, qué cosas, carcoma).
Pobres izquierdistas muy “izquierdistas-de-toda-la-vida-pero-hasta-aquí-hemos-llegado”. Bien querrían ellos haber seguido votando al socialismo andaluz tan preocupado por el paro, la corrupción, el modelo productivo del campo y la ciudad… pero que han tenido que votar a Vox porque lo que de verdad les importa a ellos hasta el voto de un segundo que luego dura cuatro años, son los escopetazos a las perdices a contrapasa o las estocadas a volapié con pasodobles de fondo.
Igual que en 2008, que si el psoe perdió en la Comunidad Valenciana o en Murcia no fue por los candidatos autonómicos, sus propuestas y su personal magnetismo, sino por culpa de Narbona y adláteres con la política de demoler casas ilegales en las costas públicas de todos, o con el no al trasvase y el sí a las desaladoras… O en Extremadura, donde la bajada de votos (anuncio de la pérdida del gobierno en las siguientes elecciones) no se debió a la derechización biológica de Ibarra, sino al fundamentalismo verde de querer hacer una declaración de impacto ambiental que evaluara convenientemente los impactos de una refinería en pleno medio de Badajoz trayendo el oro negro a través de toda la sierra de Aracena como si ná.
“Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”, dijo Machado. Don Antonio pensaba entonces, tal vez, en una sola de aquellas dos Españas. Hoy cualquiera de las dos es capaz de congelarte dejándote el rostro como el de los que mueren en el Polo: ojos desmesuradamente abiertos y una sardónica sonrisa en el rictus de los labios.
La España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía machadiana hoy (tal vez siempre) pervive grabada a fuego en la ignorancia de demasiados, pero tanto a un lado como al otro de los hemiciclos: en el nacional y, más vergonzantemente, en los autonómicos, regionalistas.
Así que yo me voy quedando atrás, atrás… en el olvido, con la Tercera España, la de los perdedores en una latitud y en otra, la de Salvador de Madariaga, Ángel Ganivet, Américo Castro, Claudio Sánchez Albornoz, Manuel Chaves Nogales y… ¿y tú?

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