Noticia difundida ayer por RTVE y otras televisiones. Pero la
explicación que dieron fue esta: “la caída de esperanza de vida en los Estados
Unidos se debe principalmente a las muertes por sobredosis, que han alcanzado
un nuevo récord en 2017, superando los 70.000, mientras que la tasa de
suicidios también ha aumentado en un 3,7%. Esta caída en el país más rico de la
tierra es la más prolongada desde 1915-18, cuando la Primera Guerra Mundial y
la epidemia de gripe eran las causas más comunes de muerte”.
Resulta que Estados Unidos es el único país desarrollado del
mundo en el que cae la esperanza de vida… ¿y la “culpa” la tienen los
ciudadanos individuales: adictos y suicidas?
¿Nada que decir de la responsabilidad colectiva? ¿Del modelo
capitalista de “vida” solo entendida como consumo? ¿Nada que decir de los
hábitos inducidos interesadamente por el propio sistema productivo: uso abusivo
del coche particular, comida basura, sedentarismo del ocio y sus repercusiones
(obesidad, diabetes…)? ¿Nada que objetar al materialismo, al individualismo, al
egoísmo como pretendido objetivo intermedio del bienestar común futuro, a la
contaminación del aire, el agua, el suelo y las mentes, a la carencia absoluta
de virtudes y valores del régimen yanquee?
¿Por qué esos medios de confusión/comunicación de masas
ocultan los certeros factores expuestos por los mismos investigadores del caso?:
“Estados Unidos es un país rico, pero esta riqueza no es inclusiva. Los que lo
necesitan tienen un acceso limitado a los servicios sociales, a la salud, a la
prevención”. “Las leyes recientes están aumentando la carga económica sobre la
clase media y debilitando el acceso a los programas de atención”…
Un país sin Seguridad Social ni cobertura sanitaria
universal no puede pretender ser el país más “desarrollado” del planeta.
Estados Unidos, ya lo he dicho tantas
veces, ha sido un efímero imperio sustentado, apenas unos pocos años (1945-1989),
por la confluencia con la dialéctica de la violencia global al ser poseedor del
mayor y más mortífero arsenal del mundo. Pero ya hace treinta años (“curiosamente”
cuando se instauró con Reagan la preponderancia del neoliberalismo salvaje y el
pensamiento único) que Estados Unidos entró en una decadencia imparable hace
que parezca una broma ridícula la del siglo III del Bajo Imperio romano cuando el
depuesto emperador Rómulo Augústulo.
Con estos mimbres anti políticas públicas, queda demostrado que
es imposible que los cestos que somos los hombres y mujeres no reduzcan en Estados
Unidos minuto a minuto su esperanza-desesperanza de vida.
Me temo que si allí no ponen pronto freno a su demencial
modelo nada modélico, igual un día veremos llegar las pateras desde el norte
del otro lado del Charco…
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