“Abascal exige una reunión
urgente con Casado y Rivera para resolver el ‘apartheid’ a Vox”.
El lenguaje, más que muchas otras
cosas, no es jamás algo neutral. Muy al contrario, porque el lenguaje no solo define la realidad sino
que la crea y la conforma. Y lo hace siempre dentro de contextos históricos y
sociales concretos.
El lenguaje es, además y por
ello, un bien público que demanda la máxima protección frente a quienes
pretenden apropiárselo faltando al respeto a la memoria del mundo y humillando
a muchos ciudadanos que pueden ser y son interpelados directamente por ciertas palabras.
Quiero decir que es especialmente
repugnante que un tipo como Abascal se permita adueñarse de una palabra tan
cargada de dolor, de oprobio, de vergüenza como “Apartheid”. Porque
precisamente en su boca la palabra “Apartheid” se convierte en un insulto directo,
inmundo, para aquellos que sufrieron en su carne, literalmente, las perniciosas
y fascistas ideas de sus predecesores surafricanos, acólitos de este tipo infame
que hoy campa a sus anchas, sin guetos, cárceles, alambradas de espino, por España.
Si Hitler, Stalin, Pol Pot… hubieran puesto un día en sus propias repulsivas
gargantas las palabras Holocausto, o Gulag, o Genocidio, millones de personas, de
víctimas masacradas, se habrían revuelto en su propias cenizas, en sus fosas
comunes, clamando contra tal espantosa y definitiva ignominia.
Abascal: róbenos durante estos cuatro
años nuestras ilusiones, las de otro mundo posible, uno más justo y más humano,
pero no se atreva a pretender despojar de la dignidad última a aquellos que
sufrieron por ideologías perversas como la suya. Ahogue en su voz y calle antes
de pronunciarlas, palabras que no le corresponden ni serán suyas jamás, como
Apartheid, Derechos Humanos, Fraternidad, Bondad, Respeto, Solidaridad,
Igualdad, Dignidad…
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