You can fool all the people some of the time, and some of the people all the time,
but you cannot fool all the people all the time.
(Abraham Lincoln)

viernes, 28 de septiembre de 2018

Willy de Curval, Dani Mateo de Banglais


“¡Ah, me cago en Dios, me cago en Dios!”, dijo Curval… Y va y lo repite más de diez veces en la obra… ¡Insolente desfachatez! Algo que es a todas luces ¡intolerable!
Aplíquese, entonces, por lo más sagrado, y ya, y retroactivamente, a Donatien Alphonse François de Sade, todo el peso de la hispana ley contemporánea y que arree en compañía de titiriteros, actores y otras pestes.
En fin, confiemos en que la sacrosanta Asociación de Abogados Cristianos y algún juez con un mínimo de cordura y decencia acaben con este desaguisado y se prohíba de una vez que se puedan leer impunemente tan perjudiciales palabras como que “la devoción es una auténtica enfermedad del alma” o esto, tan repugnante:
“Sé perfectamente que entre vosotras todavía quedan unas cuantas imbéciles que no son capaces de abjurar de la idea de este infame Dios y de aborrecer la religión... Que estas estúpidas criaturas se persuadan, que se convenzan de que la existencia de Dios es una locura que no cuenta hoy en  la Tierra con 20 secuaces, y que la religión que él invoca no es más que una fábula ridículamente inventada por unos bribones cuyo interés en engañarnos resulta ahora más evidente que nunca. En una palabra, decidlo vosotras mismas: si hubiera un dios, y este dios tuviera poder, ¿permitiría que la virtud que le honra y de la que vosotros hacéis profesión fuera sacrificada como lo será el vicio y el libertinaje? ¿Permitiría, este dios omnipotente, que una débil criatura como yo, que no significa respecto a él más de lo que una pústula de sarna a los ojos de un elefante, permitiría, digo, que esta débil criatura le insultara, le escarneciera, le desafiara, le afrontara y le ofendiera, como yo hago a mi antojo a cada instante del día?”.
Pues igual sí.

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